jueves, 10 de noviembre de 2016

Nueva vida de Franz Kafka


La espléndida biografía de Franz Kafka, de Reiner Stach, por fin en castellano.


Rainer Stach
Kafka
Vol. I: Los primeros años, los años de las decisiones (1); Vol. II: Los años de las decisiones (2). Los años del conocimiento. 2.368 págs, 85 euros.
Traducción de Carlos Fortea. Acantilado, Barcelona, 2016.
Rainer Stach


Todo cuanto se diga en elogio de esta inmensa biografía de Kafka es poco. Los tres tomos originales, aparecidos en Alemán entre los años 2002 y 2014, los publica ahora la editorial Acantilado en un soberbio estuche que contiene dos volúmenes lujosamente encuadernados, y que en conjunto abarcan 2.368 paginas. Carlos Fortea es el traductor, y su trabajo es espléndido. La obra se lee con sumo placer pues, además de estar muy bien escrita en el original, le hace honor la traducción española; ademas, está claramente estructurada, es muy informativa y sobre todo muy interesante y amena porque está escrita con agilidad y un desarrollo narrativo muy bien pensado mantiene el interés del lector.

Stach dedicó dos décadas a completar su biografía de Kafka. La idea de consagrarse a semejante tarea nació de la admiración  que le causó leer los escritos más íntimos de Kafka, los diarios y la correspondencia. De ahí nació su interés por comprender al hombre Kafka.

En 2002 apareció en Alemania el primero de los tres tomos de los que consta la biografía completa: Kafka. Die Jahre der Entscheidungen (Los años de las decisiones).

El biógrafo no comenzaba en este tomo por la infancia de Kafka, sino por la época más conocida del autor praguense, la que Stach llama "época de las grandes decisiones", y que comprende los años entre 1912 y 1915. Es entonces cuando Kafka conoció a Felice Bauer, cuando escribió relatos tan emblemáticos como "la condena" y "El fogonero" (el primer capítulo de América o El desaparecido), publicó su primer libro: Contemplación; además, concibió y escribió el famosísimo relato La transformación y los capítulos que nos han quedado de su novela más conocida: El proceso

El segundo volumen de la trilogía vio la luz en 2008, bajo el título de Die Jahre der Erkenntnis (Los años del conocimiento). Fueron los años de la plena madurez de Kafka; tras la ruptura definitiva con Felice, se enamoró de Julie Wohryzek, y poco después de Milena Jesenská (véase las "Cartas a Milena"). En 1917 Kafka tuvo el primer brote de tuberculosis, la enfermedad fue a peor conforme pasaba el tiempo. Ya muy enfermo escribió El castillo y algunos de sus mejores relatos: "Un artista del hambre", "Primer dolor" o "Josefina la cantante y el pueblo de los ratones". La tuberculosis de laringe le causó la muerte el 3 de junio de 1924.

martes, 8 de noviembre de 2016

Nueva traducción al castellano de Die Verwandlung (La transformación) de Franz Kafka



Atalanta, Vilaür, 2016, 166 páginas, 19 euros.


La transformación, Kafka
Ediciones Atalanta publica este mes de noviembre una nueva versión del extraordinario relato La transformación, de Franz Kafka (1881-1924). Este relato es más conocido en castellano, desde su primera traducción en 1925, con el título de La metamorfosis, pero en ediciones recientes está empezando a imponerse el título —más directo según el vocablo original alemán Verwandlung— de La transformación. Esta es la opción por la que también ha optado Atalanta. Tal vez el nombre no sea tan eufónico, como el de «metamorfosis», pero sí más literal. Una voz tan solvente en la gran literatura como fue la de Jorge Luis Borges sostuvo hace ya décadas que Kafka no puso título a su relato eligiendo la palabra que también se estila en alemán   Metamorphose, sino este otro término más llano de Verwandlung. Apoyándose en este argumento, Borges aseguró que si él hubiera traducido el relato lo habría titulado sin dudarlo La transformación.
El caso es que con ésta de Atalanta contamos con innumerables traducciones al castellano de este famoso relato de Kafka. Pero la nueva versión aporta algo que la diferencia de muchas otras —al menos, de las más divulgadas (no he podido consular todas, como cabrá imaginarse, pero sí suficientes)—; y me refiero a su fidelidad al texto alemán de Kafka. No es que los traductores hayan optado por una literalidad a ultranza, imposible en castellano, pero sí por una notable fidelidad, evitando en lo posible traicionarla para intentar embellecer el resultado en castellano. Y fidelidad, además, al estilo de Kafka, que a menudo es abrupto, llano, directo, igual que exento de retórica y circunloquios. El autor de El proceso escribía de corrido, sin hacer excesivas correcciones en lo escrito, de ahí que su expresión fuera espontánea, rauda y certera casi al primer intento; las frases, llenas de interjecciones, profusión de signos de puntuación y con múltiples repeticiones de sustantivos, adjetivos, nombres propios, conjunciones, etc. También era amigo de reiterar, sin miedo a las cacofonías, el nombre propio del personaje principal de sus relatos; en el caso de La transformación,  es el nombre de «Gregor» e que se repite constantemente. Contadas veces lo sustituye por el pronombre correspondiente. En castellano suena rara la repetición de nombres propios, pero para Kafka era lo normal, un efecto buscado por él con insistencia.