lunes, 15 de febrero de 2016

Mesa de novedades: Blaise Pascal y el barón Von Knigge.



El gran Thomas Bernhard tenía a Pascal entre sus autores de cabecera; siempre que tuvo ocasión, recomendó leer y releer la obra magna del sabio de Port Royal, los célebres Penséessi se quería  entender de manera muy gráfica la precariedad y humildad de nuestra condición humana. Para Bernhard, Pascal era uno de esos autores que se vuelven más grandes cuando los leemos por segunda vez. "Hay otros, en cambio  —decía— que cuando volvemos a leerlos por segunda vez hasta nos avergonzamos de haberlos leído la primera", nada más alejada de Pascal esta observación.



Blaise Pascal, Gérard Edelinck, 1691
Quien quiera adentrarse en la obra íntegra de Blaise Pascal puede acceder a una buena edición en castellano de los textos más importantes, con sus opúsculos matemáticos y sus obras de física, los "Pensamientos" enteros y las "Cartas al Provincial", si escoge la edición publicada por de  Editorial Gredos, y prologada por Alicia Villar. Pero si algún lector o lectora prefiere un  acercamiento más sencillo a través de una lectura aproximativa y no por ello menos adecuada ni profunda, es muy recomendable el volumen publicado recientemente por la editorial madrileña Hermida Editores: Tratados de la desesperación
La edición está a cargo del escritor Gonzalo Torné, a su cuidado se debe la espléndida traducción de una cumplida selección de los Pensamientos de Pascal. No es la obra completa, no se lleve a engaño el lector, pero sí contiene tal vez lo más sustancioso de ella. Lo que hoy conocemos como Pensamientos engloba algunos esbozos y reflexiones incompletos, algunos textos más aptos para especialistas en teología que para lectores cultos y más casuales. El aficionado al pensamiento (nunca mejor dicho) tiene en la selección elaborada y traducida por Torné un excelente compañero y guía. "Tratados de la desesperación" tal vez sea un título adecuado para un hombre que siempre estuvo a vueltas con la cuestión de la fe personal y con la preocupación por el ser humano y su destino más allá de la vida sensible, la eternidad, la pervivencia del alma y, en definitiva, la pregunta por la trascendencia: ¿somos algo más que un mero cuerpo corruptible? ¿Un simple organismo físico que mora en un insignificante planeta en medio del vacío del espacio infinito?.