martes, 15 de octubre de 2013

Un ensayo que hay que leer: "La violencia de los fanáticos", de José Lázaro.


¡Cuidado con aquellas personas que creen tener la verdad! ¡Son capaces de matarnos para demostrarlo! 


Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del III Reich 

Esta pintada que leí por casualidad en la pared de cemento de un campus universitario (seguro que la pintó alguien con bastante cerebro —émulo de Voltaire, acaso sin saberlo—, y quizás hasta desesperado porque se le había negado un humilde puesto docente precisamente en aquella universidad), viene al dedillo como lema preliminar a la lectura del estupendo ensayo del humanista José Lázaro (profesor de humanidades médicas en la Autónoma de Madrid) titulado "La violencia de los fanáticos. Un ensayo de novela". Merece la pena leerlo, porque Lázaro dice con claridad lo que cualquier persona con cerebro debería estar dispuesta a discutir, sopesar y ponderar. Quienes creen demasiado (en lo que sea) suelen terminar queriendo eliminar a los que ejercen la libertad de no creer o, simplemente, de creer menos que los primeros… En fin, un libro muy interesante, ameno en su forma y estilo, y que da mucho que pensar. 

Dejo aquí la reseña que escribí para el suplemento "Babelia" del diario El País (publicada el sábado 12 de octubre de 2013 en el cuadernillo en papel, aunque con distinto tíulo).


De las creencias y sus excesos

José Lázaro
La violencia de los fanáticos.
Un ensayo de novela.
Triacastela, Madrid, 2013, 250 páginas. 18 euros.

Voltaire decía que lo que más odia el público en cualquier clase de género es el aburrimiento. He aquí un ensayo que se atiene a esta máxima. ¿Ensayo de novela? (o “¡de novela!”), en cualquier caso, entretiene y atrapa al lector; y no porque acontezca algún tipo de acción novelada —nada de eso, pues el ensayista se imagina a sí mismo tumbado en el diván de su psicoanalista, y en tal postura monologa sin cesar—. El supuesto paciente intenta desentrañar ante el terapeuta las razones por las que es incapaz de enderezar un libro sobre los “creyentes violentos”, es decir, sobre los fanáticos que, llevados por sus creencias, su fe o sus delirios narcisistas (o por la  mezcla de todo ello) son capaces de asesinar a cientos de miles de personas alegando que lo hacen en pro de una causa elevada; léase la preservación de la raza, la defensa de la única religión  verdadera o la salvación de la humanidad, por ejemplo.