jueves, 27 de octubre de 2016

Adolph F. Knigge: Urbanidad intempestiva



La prestigiosa revista "Letras libres" publicó en su número 181 (Octubre de 2016) mi reseña del libro de Adolph von Knigge: De cómo tratar con las personas.



Urbanidad intempestiva


Adolph F. Knigge
De cómo tratar con las personas
Traducción y estudio introductorio de José Rafael HernándezArias
Arpa, Barcelona, 2016, 432 páginas.

La nueva editorial barcelonesa Arpa inicia su andadura con un título desconocido en castellano: De cómo tratar con las personas, del autor alemán Adolph Franz Friedrich Ludwig, barón de Knigge (1752-1796). Se trata de un manual de urbanidad de mediados del siglo XVIII, éxito de ventas en la Europa del XIX y todo un clásico de ese género ensayístico parenético que, desde la Antigüedad, se ocupó de proponer estrategias para vivir mejor.
Saber conducirse en la vida a fin de volverla más agradable (o “menos desdichada”, como dijo Schopenhauer) es un arte que requiere de cierta disciplina; de ahí que aprenderlo precise del ejercicio de ciertas reglas y argucias. Si las circunstancias y el sino son a menudo determinantes para la felicidad y la desdicha humana, igualmente —o incluso en mayor grado— lo son nuestros congéneres; por ello saber tratarlos de manera adecuada contribuirá a nuestro bienestar.
El barón de Knigge,caballero y cortesano, concibió su libro —que amplió varias veces en sucesivas ediciones— con el propósito de proponer enseñanzas que sirvieran para evitar algunas desgracias que provienen del mal trato con nuestros congéneres. Y lo hizo desde su propia experiencia. Él mismo confiesa en esta obra haber actuado en ocasiones con imprudencia o de manera inconveniente; nada mejor, pues, que enseñar con vivencias propias y desde los propios errores y torpezas.
De cómo tratar con las personas
En la corte conoció más vilezas y penas que bondades, y lo que allí vio de maledicencia y vanidad terminó por saturarlo; así que, en consecuencia, optó por emular a los sabios de todos los tiempos que pudieron permitírselo y, como ellos, se retiró a la soledad de sus posesiones en el campo a fin de limitar lo más posible su roce con el género cortesano. Con su manual de conducta no evitó su propia desilusión, pero sí intentó que, al menos, sirviera a sus lectores para quedar advertidos de los yerros más comunes en el trato con los demás, y que se ahorrasen decepciones.
Con su manual de saber mundano, Knigge se inscribía en una tradición de insignes predecesores en el arte de la filosofía práctica. El veterano traductor y ensayista José Rafael Hernández Arias lo explica en la cumplida introducción de este volumen (traducido con excelencia del alemán), en la que traza una historia de este género de literatura, cuyo tema podríamos catalogar hoy como de «ética social». Desde la Edad Media y el Renacimiento, con el triunfo de sus ideales caballerescos, hasta el gentleman del siglo XIX, una señalada tradición de manuales de este tipo arropa al de Knigge, siendo El cortesano, de Baldassare Castiglione, uno de los más importantes. Otro insigne predecesor de «el Knigge» (así se lo conoce en Alemania) fue el magnífico Oráculo manual y arte de prudencia, del bilbilitano Baltasar Gracián; esta obra inspiró también a Schopenhauer en la composición de sus célebres Aforismospara el arte de saber vivir. El filósofo pesimista, además de ser afecto a Aristóteles, Séneca y Montaigne, tuvo muy presente en su ética y filosofía «para el mundo» el tratado del barón de Knigge.
Este último también observó con reserva y pesimismo las relaciones humanas. De ahí que lo primero que aconseje en su libro sea la prudencia, la regla de oro para tratar con los demás. Y ésta se sustenta en la observación de los caracteres y en el ejercicio del conocimiento objetivo y desapasionado de los actos de las personas. El esprit de conduite o el arte de saber conducirse con idoneidad —tal y como es debido— en cualquier circunstancia requiere de psicología y atención. Knigge exhortó a cultivar estos dones, a menudo dormidos, para no quedar en evidencia o, como se dice llanamente, para no «meter la pata». Algo que, si no es por mera garrulería, suele acontecer por ignorancia y falta de atención.
Knigge, quien fue masón y miembro fundador de los Iluminati de Baviera —gracias a esta organización veló por los derechos humanos en una época en la que apenas si se conocían— presentó en su libro situaciones variadas en las que hay que congeniar con los otros y cómo hay que comportarse. Propone suculentas reflexiones sobre el trato con la familia o sobre el respeto con el que deben tratarse los cónyuges entre sí. Aconseja, también, sobre el trato con uno mismo (es esencial no perderse el respeto) o sobre la confianza en los demás; acerca de cómo tenemos que proceder en el trato con personas de condición superior o cómo debe actuarse frente a las humildes. Explica la relación con personas de diversos temperamentos y ánimos (soberbias, envidiosas, vanidosas, coléricas, etc.); el trato con enamorados y enfermos, con académicos y artistas, y hasta con los ebrios. Para todos estos casos y para muchos más tenía Knigge sus certeros consejos.
Como es natural, este libro se debe a su siglo; ciertas ideas sobre la condición subalterna de las mujeres y su sumisión al marido, arraigadas en el siglo XVIII y hoy caducas, sólo sirven para resaltar el contraste con los tiempos modernos. Los instructivos consejos de Knigge para aquel tiempo de viajes en coches de postas son inútiles a la hora de abordar trenes y aviones pero son curiosos, además de que nos devuelven a aquella gloriosa época en la que caballeros viajeros como Goethe o Casanova tal vez sí que tomaran nota de las recomendaciones de Knigge.

Este manual tan ameno resulta casi intempestivo en la actualidad, ya que pone en evidencia justo aquello de lo que carece cada vez más nuestra sociedad hipertecnológica y, a veces, tan zafia: maneras adecuadas y proporcionadas en el trato con los demás.

martes, 25 de octubre de 2016

La editorial Valdemar reedita De mi vida, escritos de niñez y juventud de Friedrich Nietzsche.


Prólogo, traducción y notas de Luis Fernando Moreno Claros
Valdemar, Madrid, 2ª ed., 2016.

De mi vida, Nietzsche
En 1997 la madrileña editorial Valdemar editó una selección de textos de carácter autobiográfico de Friedrich Nietzsche —apenas conocidos en castellano (algunos desconocidos del todo)— bajo el título genérico De mi vida. Son textos de adolescencia y juventud. La traducción castellana tiene como base la extraordinaria edición de los Jugendschriften (edición a cargo de Hans Joachim Mette con la colaboración de Karl Schlechta y Carl Koch). Cuando apareció el libro de Valdemar, la mayor parte de estos escritos del joven Nietzsche apenas se conocían en español, así que este libro fue pionero al presentarlos en el mundo hispanohablante. Ahora lo tenemos de nuevo en librerías, en nueva edición revisada.

La editorial Valdemar publicó poco después de aparecer De mi vida otros textos importantes de Nietzsche, que datan del comienzo de su carrera como escritor filosófico: Schopenhauer como educador y las menos conocidas lecciones sobre los filósofos presocráticos: La filosofía en la época trágica de los griegos. En 1999 Valdemar publicó también un libro misceláneo con textos de Nietzsche titulado Reflexiones máximasy aforismos, igualmente a cargo de Moreno Claros, y que ahora está en vías de reedición.

Schopenhauer como educador
Los textos autobiográficos reunidos en este volumen que ahora vuelve a ver la luz, después de haber permanecido agotado durante varios años (y codiciado en librerías anticuarias) reúnen escritos que comprenden el período de la niñez, la adolescencia y la época de estudiante universitario de Nietzsche, hasta su acceso a la cátedra de lengua y literatura griegas en la Universidad de Basilea, cuando sólo contaba veinticinco años de edad.

De entre la variedad de textos que se ofrecen al lector —de diversa extensión y diverso calado (algunos son simples esbozos)— destaca la autobiografía que el adolescente Nietzsche escribió al cumplir trece años. Con todo orgullo, el jovencito futuro filósofo denominó a este escrito, titulado De mi vida, su “primer libro”. En él contó su vida desde su nacimiento hasta los primeros años en Naumburg, pequeña ciudad en la que asistió a la escuela pública y donde trabó gran amistad con sus mejores amigos de infancia: Gustav Krug y Wilhelm Pinder. Rememoró también su inagotable interés por la música (Nietzsche era un buen pianista y hasta compositor), así como por la literatura y la poesía. Por esa época escribía poemas cantando a sus héroes de la mitología clásica, germana y escandinava. Esta primera autobiografía de Nietzsche está también disponible en versión para Kindle, acompañada de un prólogo inédito en la edición de papel; por cierto que la última obra autobiográfica de Nietzsche fue ese magnífico libro singularísimo que es Ecce homo.

Se recogen en este volumen de la editorial Valdemar otros dos escritos fundamentales del joven Nietzsche para conocer sus años de mocedad: “Diario de la escuela de Pforta” y “Mirada retrospectiva a mis dos años de estudiante en Leipzig”. En el primero, el alumno de la prestigiosa escuela monacal de Schulpforta escribe sobre su vida cotidiana en la célebre institución, sobre las actividades lectivas y alguna también en sus tiempos de recreo, como los baños y las carreras natatorias en el río Saale. En el segundo de estos textos evocadores, Nietzsche ya es un joven estudiante universitario en Leipzig. Su amor por el mundo clásico lo animó a estudiar filología griega bajo el auspicio de su admirado profesor Ritschl. Sus primeros trabajos filológicos llenaron de esperanza al maestro, y colmaron de orgullo al alumno. Sin embargo, el camino de Nietzsche no se encauzaría definitivamente por el camino de la filología: el descubrimiento del genial filósofo Arthur Schopenhauer minó su afán filológico y lo empujó hacia la filosofía; bien es verdad que ayudado además por el descubrimiento de los primeros filósofos griegos: los presocráticos.
Hay textos magníficos en el libro como esa composición escolar del Nietzsche adolescente en la que confiesa su pasión por un poeta apenas conocido en la época y que tanta similitud tenía en algunos aspectos de su personalidad con la suya: Friedrich Hölderlin. Y más textos: esbozos de biografía, algún fragmento de diario, recuerdos de excursiones y estancias estivales en casa de sus parientes… Fragmentos es verdad, pero muy valiosos para los estudiosos del filósofo o para personas curiosas por conocer las raíces vitales de un pensador orgulloso, libre e insobornable como fue Nietzsche.

Textos ciertamente inocentes que muestran la pureza de una bella alma atraída desde la niñez por la poesía y la música. Con el tiempo, aquel niño de carácter sensible y puramente intelectual se transformó en cultísimo rebelde del espíritu, en un gran creador del pensamiento occidental y uno de sus más enconados críticos.  Ciudad de Azófar.