lunes, 30 de abril de 2018

Novedades, libros y más libros (III)

Seguimos presentando los libros más recientes que nos han interesado estos días en "Ciudad de Azófar".

Naturaleza, Historia, Estado
Volvemos a Martin Heidegger, un filósofo que siempre nos interesa en este blog. La editorial Trotta ha publicado recientemente los apuntes de un seminario que «el filósofo del ser» impartió en los años 1933 y 1934; son apuntes que tomaron los alumnos de Heidegger, y que habían permanecido inéditos en Alemania hasta hace poco tiempo. Las lecciones llevan como título general: Naturaleza, Historia, Estado. La edición y la traducción castellana son del filósofo y gran especialista en Heidegger Jesús Adrián Escudero, quien firma un prólogo muy esclarecedor que sitúa estos apuntes en su contexto a la par que esboza las líneas maestras de su contenido. Heidegger, imbuido de nacionalismo germano en el año 1933, disertaba para sus alumnos sobre cuestiones que hoy parecen tan espinosas y sospechosas como las siguientes: «¿Qué papel desempeña el líder en la constitución del Estado y en la vertebración de la voluntad del pueblo? ¿Qué función desempeña la universidad alemana en la educación política de los ciudadanos? ¿Cuál es es destino de Alemania tras la crisis de la República de Weimar? ¿Hasta dónde se extiende su territorio? ¿Quién pertenece al espacio alemán? ¿En qué consiste el espíritu germánico?» Estas son algunas de las preguntas que determinan el contenido del seminario, muy ilustrativo para saber qué pensaba el propio Heidegger en estos temas eminentemente políticos.

Los apuntes son muy comprensibles (la traducción es excelente), el redactor describe las cuestiones que se trataron en las sesiones del seminario (diez en total) y los lectores de hoy pueden imaginarse con facilidad el clima que reinaba en el aula, dominada por las intervenciones de Heidegger, quien también permitía explayarse a los asistentes, lo cual era y sigue siendo algo muy característico de los seminarios universitarios alemanes.
El núcleo de la filosofía política que traza Heidegger es absolutamente nacionalista, va en la línea de los teóricos nazis y en la del más puro nacionalismo alemán. Es la ideología política que Heidegger defendió ya desde antes del ascenso de Hitler al poder y que continuó defendiendo hasta el final de la II Guerra Mundial y más allá.
1930-1949
Dichas ideas se ven bien en las anotaciones privadas de Heidegger de sus Cuadernos negros, al igual que también en la correspondencia entre  Heidegger y su hermano Fritz.

Dicha correspondencia de los años 1930 a 1949 la publica ahora en español la editorial Herder, en traducción del filósofo Raúl Gabás. Las cartas de Heidegger a Fritz son las más, mientras que de las misivas de este último al filósofo se recoge un número mínimo.

No descubren mucho más de lo que ya sabíamos sobre las ideas políticas de Heidegger, es decir, que fue un apasionado nacionalista alemán y seguidor de Adolf Hitler, un líder en el que Heidegger creyó desde antes de su ascenso al poder. Son cartas de corte familiar, poco extensas; además, muchas de estas cartas son fragmentarias pues los editores han omitido algunos párrafos; aún así, la imagen que presentan de Heidegger (la del hermano Fritz queda más diluida) es nítida: un hombre absolutamente obsesionado por su obra; impenetrable en su pensar, orgulloso de su jerga típica, creyente apasionado de sí mismo, y al que le gusta mostrar voluntad pero también ánimo sombrío en tiempos de guerra. Esto en cuanto a la persona. En cuanto a sus ideas políticas, lo dicho: nacionalista alemán de fe nacionalsocialista, tal vez algo matizada. El gran filósofo que fue no se colige del contenido de estas cartas.


Extravíos, Cioran
Se publica un texto del pensador Emil Cioran que hasta ahora estaba inédito en España: Extravíos —en traducción del experto en este autor Christian Santacroce—, en la editorial Hermida Editores (Madrid). El lector que se acerca al pensamiento de Cioran encuentra siempre más de lo mismo: el desgarro del pensamiento, el desgarro vital de un pensador ultrapesimista y la templada lucidez de quien parece haber perdido el ápice de ilusión necesaria para aguantar la existencia; aunque en Cioran ese ápice de ilusión se lo proporciona la plasmación escrita de su desesperación existencialista. Cioran apasiona a cuantos están descontentos con la vida, pero también, a quienes han perdido a Dios o lo buscan sin encontrarlo.
Basta abrir este bonito tomo de Extravíos por cualquier parte para encontrar párrafos de grueso calibre, y un tanto peligrosos para ingenuos e idealistas. Un ejemplo mínimo, sin ir más lejos:

«Pudiera ser que el deseo recóndito de cada hombre fuera la supresión de todo hombre. El destino oculto de cada quien es odiar a sus semejantes. Será acaso el misterio último del individuo una virtualidad homicida?».

O también: «En cada criatura yace la bondad y la maldad en igual medida. Un alma pura no podría sobrevivir ni siquiera un día; la posibilidad de la existencia radica en nuestra impureza»

Los años de la locura
Ecos de Nietzsche y Schopenhauer a la par, y el mismo estilo vigoroso y tajante incluso para expresar las dudas más solícitas, las inquisiciones más persistentes, las ilusiones perdidas y los desvaríos más monstruosos sobre el ser humano.

A la par que el nuevo tomo de Cioran, Hermida editores publica también las cartas que Franziska Nietzsche, la madre de Friedrich Nietzsche, cruzó con Franz Overbeck —uno de los más fieles amigos del filósofo— durante los denominados años del «hundimiento» o la denominada «década de la locura», desde 1898, año en que Nietzsche enfermó mentalmente, hasta 1900, cuando fallece. —El tomo de cartas lleva por título: Los años de la locura

El gran Stefan Zweig afirmó en su célebre semblanza de Nietzsche (incluida en La lucha contra el demonio) que estas cartas «constituyen uno de los documentos más conmovedores de la historia del espíritu». Y así es, dan testimonio del estado físico y mental en el que terminó el lúcido y apasionado autor de Así habló Zaratustra y, al mismo tiempo, demuestran la abnegación y el cariño que Franziska Nietzsche sentía por su hijo. El gran filósofo, convertido en un demente pacífico, era entonces, recluido en casa de Franziska en Naumburg, sólo un pálido reflejo de lo que había sido aquel alma de fuego de la filosofía; tal vez por eso, son más conmovedoras estas misivas que narran el día a día de aquel genio en las últimas, convertido en un ser demasiado humano, devorado por la enfermedad.

De senectute politica
Un ensayo interesantísimo, muy bien escrito y con un punto de idealismo moderado, necesario y hasta creíble (e incluso posible) es el firmado por Pedro Olalla: De senectute políticaCarta sin respuesta a Cicerón. Lo publica la editorial barcelonesa Acantilado. Es una obra breve pero muy sustanciosa, con reflexiones dignas del mismísimo Cicerón y de otros tantos estadistas de la Antigüedad Clásica; aunque las ideas son del propio Pedro Olalla que demuestra pensar con altura de miras y como no lo hace tal vez ningún político actual en España (no sé si en Grecia, nación que Olalla conoce muy bien, pero desde luego no en España). Vuelvo a decirlo: magnífica prosa, en el más puro estilo clásico-elegante, elevado y que invita a la elevación del pensamiento: es un placer leer semejante prosa, tan escasa en el ensayismo español contemporáneo (también el filósofo Javier Gomá es un claro ejemplo de ensayista de prosa elevada y elegantísima).
Algunas ideas sobre los tópoi clásicos de la fortuna, la vejez, la muerte, la valentía, la jovialidad… pero también pensamientos sobre la naturaleza de la democracia, su función y la que deben ejercer los ciudadanos, así como reflexiones muy acertadas sobre los peligros que acechan a la democracia en una época en la que los políticos son sólo hombres y mujeres de partido y olvidan a quién representan de verdad; en una época de corrupción y cinismo; en una época, en suma, que exige poco o nulo alcance intelectual a sus gobernantes. En el discurso hallamos interesantes propuestas de Pedro Olalla para mejorar la calidad de nuestra democracia; llamadas de atención a la honestidad y la idoneidad políticas, a la participación y la responsabilidad de  los ciudadanos; son páginas esclarecedoras y muy brillantes en las que que hay propuestas y buenas intenciones, como esa de acordar una renta básica para todos los ciudadanos sólo por el mero hecho de existir. Pedro Olalla reflexiona sobre lo que debería ser, acerca de aquello que es justo pensar y cabe desear, pero ¿qué político leerá esté libro? Y en caso de hacerlo ¿tendrá la suficiente altura intelectual y humana para entenderlo? ¿La valentía suficiente como para querer llevar a cabo lo mejor?
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