El intempestivo que no cesa
Alianza Editorial, Madrid, 2018, 456 págs., 14,50 euros y 7,99
euros (E-book).
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Vidas de Nietzsche |
El
filósofo barcelonés Miguel Morey (1950) publicó en 1993 un pequeño volumen
titulado Nietzsche. Una biografía (Archipiélago).
Fue un librito que leímos con pasión cuantos queríamos saber entonces de la
vida de Nietzsche: sus comienzos de niño poeta, de joven adorador de la música
y la filología; su manera de ser intempestivo en tiempos posteriores; los
problemas con Wagner y el nacionalismo alemán, dada su rebeldía y amor a la
verdad; su enamoramiento frustrado de la femme
fatale Lou Salomé; o la enfermedad de su mente alucinada que lo condenó en
sus últimos diez años de vida a sobrevivir cual vegetal humano alojado en casa de su
madre, en Naumburg, o al cuidado de la déspota hermana, Elisabeth, en Weimar.
Todo esto, aunque mucho más enriquecido y matizado, está en la excelente nueva
versión que ahora ve la luz: Vidas de Nietzsche.
En español contamos con
toda la obra de Nietzsche en gran variedad de traducciones, con los fragmentos póstumos y el epistolario completo. De esta ventaja se sirve Morey para
enriquecer la narración de cada etapa vital de Nietzsche y resumir con
concisión y certeza cada uno de sus célebres libros. Así que para adentrarse en
el pensamiento de este filósofo crucial esta biografía intensa y magnífica es
una vía de acceso firme y segura.
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La zozobra del presente |
De otro cariz es el
denso libro del filósofo, musicólogo y germanista francés Dorian Astor (1973),
autor también de una biografía de Nietzsche (2011) y de varios ensayos sobre
Wagner. La excelente traducción de Jordi Bayod transmite la agudeza y complejidad de este texto,
intrincado y paradójico a menudo, apto sólo para lectores que conozcan ya el
ideario de Nietzsche, puesto que no se trata de una introducción a su
pensamiento, sino de una reflexión-discusión sobre el estado de nuestro
presente —intelectual o ideológico— en Occidente, visto desde la perspectiva de
un acérrimo degustador y defensor de muchas de las ideas —polémicas o no— del
autor de Así habló Zaratustra. Astor
quiere invitar a pensar desde Nietzsche las “zozobras” o “indigencias”, las
“angustias” en las que —según él y es mayoritaria opinión— está preso el
presente. Por ejemplo, sostiene que desde Nietzsche es posible repensar la
educación, tan tambaleante y cuestionada en Europa. Nietzsche tuvo como modelos
a imitar de por vida a los grandes filósofos “preplatónicos”: Heráclito o
Empédocles fueron sus ejemplos humanos admirables —“hombres tallados en un solo
bloque de piedra”— los llamó. Y tuvo como “educador” a Schopenhauer, a quien
consideraba “un maestro de Alemania”. Educar en el sentido nietzscheano sería
proponer como modelos para la juventud los ejemplos de los grandes hombres del
pasado, sus acciones poderosas y sus pensamientos; y enseñar a los jóvenes
virtudes como la valentía y la compasión o la responsabilidad por los propios
actos como las más altas y dignas de elección ¡casi nada hoy!
Entre otros muchos
asuntos, Astor trata de política. A Nietzsche se lo ha usado para jalear a
fascistas y anarquistas; con sentencias fuera de contexto es fácil cortar un
traje nietzscheano a la medida de cada ideología. Sin embargo, con sus luces y
sombras, muchas de las ideas “políticas” que defendió o esbozó serían hoy
practicables y deseables. Astor lo explica con pasión en este libro osado y
paradójico sobre un filósofo que siempre fue y será de lo más intempestivo.
Luis Fernando Moreno
Claros