Viggo Mortensen y Michael Fasbbender como Freud y Jung |
Editorial Trotta está publicando las obras completas del psiquiatra Carl Gustav Jung. La cuidada edición merece todos los elogios, las traducciones de los volúmenes que han ido apareciendo hasta la fecha son impecables y el aparato crítico, útil y esclarecedor.
Dejo a continuación el texto original de la reseña de los volúmenes quinto y sexto —firmada por el administrador de este blog— que publicó el suplemento cultural "Babelia" del diario El País el pasado sábado 8 de marzo:
Símbolos de transformación |
En busca de las raíces del alma
Carl Gustav Jung
(Análisis del preludio a una esquizofrenia)
Obra completa volumen
5.
Traducción de Rafael Fernández de
Maruri.
Editorial Trotta, Madrid, 2012,
598 páginas, 40 euros.
Obra completa volumen 6.
Traducción de Rafael Fernández de
Maruri.
Editorial Trotta, Madrid, 2013,
642 páginas, 43 euros.
La editorial Trotta está
llevando a cabo una encomiable labor con esta monumental edición de la Obra completa del psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), el padre de la “psicología de las profundidades”: la
investigación de la psique humana y el pozo insondable del inconsciente. Veinte
tomos completarán la versión española definitiva de la obra de Jung, basada en
la edición alemana revisada por el autor. Notas explicativas, comentarios e
índices, además de las excelentes traducciones, la convierten en referencia
ineludible.
A Jung se lo lee con la fascinación que provocan
los maestros espirituales, y su público suele sentirse más cercano a la
mitología, el simbolismo o el esoterismo que a la psicología pura. Su obra se
presta a ello, a tenor de su eclecticismo temático —mitología, antropología,
religión, literatura—, pues trasciende el ámbito de la psicología clínica.
Jung, como todo creador genial, contribuyó con sus ideas al enriquecimiento de
la humanidad, igual que Goethe, Nietzsche y Freud, los tres autores a los que
más admiró desde que tuvo conciencia creadora.
Y la tuvo a edad
temprana. La vida de Jung parecía destinada desde su infancia al trato con el
alma y con lo sagrado. Hijo de un pastor protestante y de una madre inclinada
hacia lo parasicológico, desde niño se sintió un ser aparte, dada su exuberante
fantasía y su perpetua obsesión por encontrar significado a sus sueños y demás visiones
extraordinarias. Lo dominaba también el ansia de conocer a Dios. De joven
experimentó la atracción de lo numinoso, lo
sagrado, mientras descubría el poder fáustico que se agazapa en la naturaleza
humana, tan deudora del bien como del mal. Jung se hizo médico y se especializó
en psiquiatría, motivado por la lectura de un manual en el que se decía que
esta disciplina, centrada en el estudio de las enfermedades de la personalidad,
estaba en mantillas; él anhelaba curar lo que hasta entonces se consideraba
“incurable”. Durante nueve años trabajó en el célebre sanatorio suizo de
Burghölzli. Allí, como ayudante del singular doctor Bleuler, experimentó con el
método de la asociación y conoció el psicoanálisis de Freud. Se casó con una
rica heredera, pero también se enamoró de una de sus pacientes: Sabine
Spielrein; la joven se curó y, tras diversos avatares, llegó a ejercer también
como analista (el caso inspiró la película “Un método peligroso” de David Cronenberg).
El encuentro personal entre Jung y Freud fue
memorable, y entre los dos hombres saltaron chispas de entendimiento y pasión
intelectual, incluso dio pie a fenómenos parapsicológicos y a una relación
transferencial; aunque el choque de estas dos fuertes personalidades terminó en
ruptura absoluta y dolorosa. Freud sostenía que la neurosis y la psicosis
tenían su origen en un conflicto sexual infantil no resuelto; su lema para
alcanzar las curaciones rezaba “todo es sexualidad”. Jung disentía objetando
que, si bien la sexualidad es un potentísimo generador de conflictos y
trastornos psíquicos, no lo explica todo. Porque hay que tener en cuenta los
elementos espirituales para sumergirse en las vastedades del alma, en sus
dioses y en sus demonios, a fin de curar las enfermedades mentales.
En su búsqueda de las raíces del alma, Jung se
preguntaba ¿qué pistas nos conducen hasta
ellas? Su respuesta fue amplia:
contamos con el patrimonio espiritual de la humanidad, y este entraña un piélago
simbólico, de creencias religiosas y arquetipos. Jung se convirtió, provocando
con ello la animadversión de Freud, en el psiquiatra de lo “místico y lo
espiritual” ya que afirmaba que mitología, psicología de las religiones,
ocultismo, astrología, y hasta numerología y alquimia, vinculaban el estudio de
la libido y el inconsciente.
En este contexto de
divergencias con Freud surgió la primera gran obra de Jung: Transformaciones y símbolos de la libido,
publicada en 1912; reelaborada y ampliada, verá la luz en 1952 bajo el título
de Símbolos de transformación. Este
libro fundamental es mucho más que una obra de psicología; erudita y literaria,
se inscribe en la línea de las grandes creaciones que han hecho soñar a la
humanidad al ampliar sus horizontes de conocimiento. Jung formuló aquí su
teoría de los arquetipos; también, que la libido —esa fuerza primordial
inconsciente— es, más que energía sexual, “energía vital”. El arte y el sentido
de lo sagrado potencian la energía vital; alentarlos ayudará en la cura de
neurosis y psicosis, que sólo son estados deficitarios de energía. Aquí revisó
con todo lujo de detalles mitos y símbolos tales como la génesis del héroe, la
atracción de la madre, el sacrificio y el renacimiento espiritual en pos del
proceso de individuación que culmina en el sí mismo, y que constituye el centro
de toda la obra de Jung.
Tipos psicológicos |
A propósito de Jung, Freud y el psicoanálisis, en España y México es encomiable la labor de la editorial Sexto Piso por divulgar obras afines al moviminto psicoanalítico.
El pasado otoño apareció en castellano un ensayo magnífico del filósofo inglés John Gray:
El silencio de los animales |
Meses antes de la aparición del libro de Gray Sexto Piso publicó un magnífico volumen que acaso no ha tenido en la prensa la difusión que se merece. He aquí otro libro extraordinario:
Revolución en mente: La creación del psicoanálisis, de George Makari.
Revolución en mente |
Este es un libro al que siempre hay que volver cuando queramos hablar de la historia del psicoanálisis. Aquí está todo: Freud, el padre genial, y sus hijos legítimos y bastardos. El moviminto psicoanalítico y sus avatares históricos, las diferentes ramificaciones en las que derivó, y los amores, las traiciones y los odios desatados entre los seguidores de aquella ciencia nueva y sobrecogedora que revolucionó de verdad la mente humana como nunca antes había acontecido en el pasado. Aquí está la historia de los personajes más señeros del movimiento psicoanalítico, desde Freud y Jung hasta Melania Klein, sin olvidar a la célebre Sabina Spielrein ni a la desenfadada amiga de Nietzsche, Lou von Salomé; tampoco a Josef Breuer, Eugen Bleuler, Ernest Jones o Anna Freud. ¡imprescindible!
El buscador de almas |
Otro de los personajes que aparecen en Revolución en mente es el inclasificable Georg Groddeck. Médico y psicoanalista; pasa por ser el fundador de la medicina psicosomática, ya que aparte de preocuparse por los accidentes y las enfermedades de sus pacientes, se ocupaba asimismos de escrutar sus "almas", los sentimintos y emociones que podían haber actuado en la sombra e influirles de manera inconsciente en la aparición de sus enfermedades e incluso haber actuado como causas oscuras de sus accidentes. Groddeck escribió varias obras psicoanalíticas, ensayos y estudios o relatos de ficción. Sexto Piso publica ahora en castellano su extravagante novela El buscador de almas, en excelente traducción de José Aníbal Campos. Desconocida en el mundo de habla hispana, la novela de Groddeck es una rara avis, sin embargo, bien podría hermanarse con algunas novelas alemanas de la época de entreguerras, y pienso en alguna novela ciertamente inusual y de tono paródico o absurdo de Döblin o incluso en la célebre Auto de fé, de Elias Canetti. Asimismo, Groddeck y su novela se sitúan en la estela de Jean Paul y sus relatos cómicos. Por lo demás, tiene añgo de ese tono de la novela picaresca. de chanza y de aventuras inverosímiles; plagada de personajes caricaturescos. El protagonista, un personaje burgués de mediana edad, mediocre y anodino, llamado Augustt Müller, se trastorna debido a su odio por las chinches; cambia su nombre por el de Thomas Weiltlein y se "echa al mundo" con una nueva personalidad. Nada sorprende que su lectura favorita sea el Don Quijote de Cervantes. Viaja a la gran ciudad y en el camino, tropieza con multitud de personas a las que apabulla con sus discursos cínicos, plagados de guiños al psicoanálisis y las teorías freudianas que comenzaban a publicitarse en la época. Se muestra grosero y sabelotodo (son hilarantes los pasmosos discursos pseudocientíficos del protagonista, llenos de alusiones sexuales y complejos escondidos de todo tipo). Gustará a lectores con interés en la psicología, así como en este tipo de obras jocosas; también a cuantos estén interesados en esa época de Alemania de entreguerras, tan fructífera en grandes escritores e ideas innovadoreas. Muy adecuados e inormativos me parecen los documentos testimoniales que se añaden al término de la novela: reseñas de la obra por Alfred Polgar, ni más nenmienos; o cartas de Freud a Groddeck.
Una rareza de tono no tan menor muy bien editada y traducida.
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