Primer centenario del primer tomo de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust: Por el camino de Swann.
Marcel Proust (1871-1922) visto por Sthéphane Heuet |
Gran empresa literaria y visual ésta de trasladar al cómic la singular novela de Marcel Proust "En busca del tiempo perdido" —cuyo primer tomo, Por el camino de Swann, cumple cien años ahora, en 2013—. Por lo pronto sólo contamos en castellano con los tres primeros volúmenes, que han ido apareciendo muy espaciados en España (de la mano de la editorial Sexto Piso) dado que también se publican poco a poco en francés. Es una obra "en progreso". El gran dibujante y guionista que es Sthéphane Heuet no ha completado todavía la proeza que se ha propuesto: trasladar a imágenes —hermosísimas, por cierto— lo que a él le parece más relevante de la inmensa À la recherche du temps perdu. En mi opinión, Heuet capta muy bien el espíritu de la obra cumbre de Proust, así como los caracteres de los personajes que han ido apareciendo en estos tres primeros tomos que con los que he disfrutado mucho; sobre todo, el personaje de Marcel es muy creíble, delicado y afable, y matizado con ese toque personal de sensualidad e ingenua picardía. Los miembros de la familia Proust, la madre, el padre, tía Léonie aparecen asimismo nítidos y creíbles; también hemos conocido brevemente al ominoso Barón de Charlus, a la singular Albertina e incluso a Saint Loup, todos ellos, perfectos en su singularidad. De manera que la lectura de estos cómics es un placer para quien ha leído la novela. Ignoro qué impresión causará a quienes todavía la desconocen, aunque presumo que el argumento de los distintos tomos de este hermoso cómic —o novela gráfica— es tan original e interesante que por sí solo basta para deleitar al lector e incitarlo a coleccionar los volúmenes que han aparecido y a esperar con ilusión el resto. Por supuesto, que esta hazaña gráfica es una grata invitación para leer En busca del tiempo perdido y adentrarse en el mundo de Proust con más profundidad.