De nuevo tenemos en Ciudad de Azófar al filósofo pesimista y gruñón Arthur Schopenhauer (1788-1860). La editorial Acantilado (Barcelona, España) acaba de publicar Conversaciones con Arthur Schopenhauer, un libro que recoge testimonios de personas que trataron al autor de El mundo como voluntad y representación y Parerga y paralipómena y anotaron o recordaron sus impresiones para la posteridad.
Conversaciones con Schopenhaur |
La selección de los textos, la introducción, la traducción y las notas son del administrador de este blog. La mayor parte de los testimonios que recoge este volumen son inéditos en castellano; alguno apareció en la primera versión que publiqué de la biografía de Schopenhauer en la editorial Algaba (2005): Vida del filósofo pesimista; pero muy pocos; en cualquier caso, han sido revisados a fondo, así que bien puede decirse que estas conversaciones y recuerdos constituyen un "inédito en castellano". Pero eso no tiene mucha importancia; lo mejor es que los lectores obtendrán con este libro una visión amplia de la personalidad y la fuerza vital e intelectual de Schopenhauer.
Como sabrán cuantos conozcan ya al insigne filósofo, fue un hombre que pasó más de media vida creyendo que había dado con la solución del enigma del mundo (y murió creyéndolo, por supuesto); dicha clave y solución la publicó en su obra magna y que podríamos llamar "de juventud" (aunque la publicó a los treinta años de edad), titulada El mundo como voluntad y representación. El libro apareció a finales de 1818 en Alemania pero nadie le hizo caso, ni el público culto, interesado por el pensamiento, ni los eruditos y los profesionales de la filosofía.
Schopenhauer se amargó mucho por aquella falta de atención; pasaron los años y veía con desdén y rabia cómo las obras de otros autores menos interesantes que él eran elogiadas y valoradas mientras sus libros languidecían en los almacenes o eran triturados como maculatura. Pero Schopenhauer no se rindió, mientras pasaban los años, tanto más confiaba en que algún día le llegaría la fama. Pasó el tiempo, fue madurando y envejeciendo, continuó perseverando en sus pensamientos, ampliando aquella obra de juventud con una nueva edición o con diversos añadidos en forma de libros independientes (Sobre la voluntad en la naturaleza, Sobre la visión y los colores, Los dos problemas fundamentales de la ética); por fin, ya sexagenario, le sonrió la fama gracias a otro libro suyo de titulo nada fácil: Parerga y paralipómena, publicado en 1851. Escribo "otro libro", pero en realidad la obra se compone de dos gruesos tomos, en conjunto, constan de algo más de mil páginas. Schopenhauer mostraba en esta obra su faceta más "mundana", sus pensamientos estaban destinados a que los entendiera "todo el mundo" y nacían además de su experiencia vital, igualmente, de su trato directo con "mundo" (parecida es la intención en la actualidad de nuestro admirado filósofo Javier Gomá con su Filosofía mundana ). Montaigne con sus extraordinarios Ensayos, Baltasar Gracián, con su Criticón y su Oráculo manual, los moralistas franceses) y los filósofos antiguos y sabios como Aristóteles y Séneca fueron los maestros en los que Schopenhauer se inspiró para concebir algunos de los textos que componen su filosofía para el mundo, las ideas de estos grandes de la sabiduría de la vida coincidían en mucho con la propia experiencia vital de Schopenhauer. El ensayo más destacado de Parerga y paralipómena, tan destacado que muy a menudo se publica en libro independiente, dada además su considerable extensión, lleva por título: "Aforismos sobre el arte de saber vivir". Este manual de supervivencia en la vida granjeó a su autor un reconocimiento casi inmediato, apenas publicado en Parerga y paralipómena.