Seguimos presentando los libros más recientes que nos han interesado estos días en "Ciudad de Azófar".
Naturaleza, Historia, Estado |
Los apuntes son muy comprensibles (la traducción es excelente), el redactor describe las cuestiones que se trataron en las sesiones del seminario (diez en total) y los lectores de hoy pueden imaginarse con facilidad el clima que reinaba en el aula, dominada por las intervenciones de Heidegger, quien también permitía explayarse a los asistentes, lo cual era y sigue siendo algo muy característico de los seminarios universitarios alemanes.
El núcleo de la filosofía política que traza Heidegger es absolutamente nacionalista, va en la línea de los teóricos nazis y en la del más puro nacionalismo alemán. Es la ideología política que Heidegger defendió ya desde antes del ascenso de Hitler al poder y que continuó defendiendo hasta el final de la II Guerra Mundial y más allá.
1930-1949 |
Dicha correspondencia de los años 1930 a 1949 la publica ahora en español la editorial Herder, en traducción del filósofo Raúl Gabás. Las cartas de Heidegger a Fritz son las más, mientras que de las misivas de este último al filósofo se recoge un número mínimo.
No descubren mucho más de lo que ya sabíamos sobre las ideas políticas de Heidegger, es decir, que fue un apasionado nacionalista alemán y seguidor de Adolf Hitler, un líder en el que Heidegger creyó desde antes de su ascenso al poder. Son cartas de corte familiar, poco extensas; además, muchas de estas cartas son fragmentarias pues los editores han omitido algunos párrafos; aún así, la imagen que presentan de Heidegger (la del hermano Fritz queda más diluida) es nítida: un hombre absolutamente obsesionado por su obra; impenetrable en su pensar, orgulloso de su jerga típica, creyente apasionado de sí mismo, y al que le gusta mostrar voluntad pero también ánimo sombrío en tiempos de guerra. Esto en cuanto a la persona. En cuanto a sus ideas políticas, lo dicho: nacionalista alemán de fe nacionalsocialista, tal vez algo matizada. El gran filósofo que fue no se colige del contenido de estas cartas.
Extravíos, Cioran |
Basta abrir este bonito tomo de Extravíos por cualquier parte para encontrar párrafos de grueso calibre, y un tanto peligrosos para ingenuos e idealistas. Un ejemplo mínimo, sin ir más lejos:
«Pudiera ser que el deseo recóndito de cada hombre fuera la supresión de todo hombre. El destino oculto de cada quien es odiar a sus semejantes. Será acaso el misterio último del individuo una virtualidad homicida?».
O también: «En cada criatura yace la bondad y la maldad en igual medida. Un alma pura no podría sobrevivir ni siquiera un día; la posibilidad de la existencia radica en nuestra impureza»
Los años de la locura |
A la par que el nuevo tomo de Cioran, Hermida editores publica también las cartas que Franziska Nietzsche, la madre de Friedrich Nietzsche, cruzó con Franz Overbeck —uno de los más fieles amigos del filósofo— durante los denominados años del «hundimiento» o la denominada «década de la locura», desde 1898, año en que Nietzsche enfermó mentalmente, hasta 1900, cuando fallece. —El tomo de cartas lleva por título: Los años de la locura.
El gran Stefan Zweig afirmó en su célebre semblanza de Nietzsche (incluida en La lucha contra el demonio) que estas cartas «constituyen uno de los documentos más conmovedores de la historia del espíritu». Y así es, dan testimonio del estado físico y mental en el que terminó el lúcido y apasionado autor de Así habló Zaratustra y, al mismo tiempo, demuestran la abnegación y el cariño que Franziska Nietzsche sentía por su hijo. El gran filósofo, convertido en un demente pacífico, era entonces, recluido en casa de Franziska en Naumburg, sólo un pálido reflejo de lo que había sido aquel alma de fuego de la filosofía; tal vez por eso, son más conmovedoras estas misivas que narran el día a día de aquel genio en las últimas, convertido en un ser demasiado humano, devorado por la enfermedad.
De senectute politica |
Algunas ideas sobre los tópoi clásicos de la fortuna, la vejez, la muerte, la valentía, la jovialidad… pero también pensamientos sobre la naturaleza de la democracia, su función y la que deben ejercer los ciudadanos, así como reflexiones muy acertadas sobre los peligros que acechan a la democracia en una época en la que los políticos son sólo hombres y mujeres de partido y olvidan a quién representan de verdad; en una época de corrupción y cinismo; en una época, en suma, que exige poco o nulo alcance intelectual a sus gobernantes. En el discurso hallamos interesantes propuestas de Pedro Olalla para mejorar la calidad de nuestra democracia; llamadas de atención a la honestidad y la idoneidad políticas, a la participación y la responsabilidad de los ciudadanos; son páginas esclarecedoras y muy brillantes en las que que hay propuestas y buenas intenciones, como esa de acordar una renta básica para todos los ciudadanos sólo por el mero hecho de existir. Pedro Olalla reflexiona sobre lo que debería ser, acerca de aquello que es justo pensar y cabe desear, pero ¿qué político leerá esté libro? Y en caso de hacerlo ¿tendrá la suficiente altura intelectual y humana para entenderlo? ¿La valentía suficiente como para querer llevar a cabo lo mejor?
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